FEDERICO OZANAM

«Abrazar al mundo en una red de caridad»

Principal fundador de la Sociedad de San Vicente de Paul, precursor del laicado activo, Antonio Federico Ozanam nació en Milán el 23 de abril de 1813. Desde niño aprendió a respetar al pobre y al desvalido. Su principal modelo fue la viva caridad de su padre, quien como médico asistió gratuitamente a muchos pobres; y la bondad y sencillez cristiana de su madre.
Realizó sus estudios secundarios en Lyon y su carrera universitaria de leyes en París, donde llegó en 1831. La Sorbona, Universidad donde estudió, es uno de los focos de descristianización de Francia. Federico sufre al contemplar esta situación: “La frialdad de París congela mi sangre… su corrupción paraliza mi espíritu”, escribió en esos años. Muy pronto su liderazgo se deja sentir en la Sorbona. Al terminar sus estudios se convertiría en el profesor más joven de esa institución.

FEDERICO OZANAM

Es un modelo para los católicos laicos que desean vivir activamente su fe. Sus palabras y acciones dejaron una profunda huella en la historia de la doctrina social cristiana. Defendió relaciones humanas y laborales más equitativas, condenó la esclavitud y levantó la voz ante las enormes diferencias entre los pobres y ricos. Afirmó con total claridad que “Dios no crea a los pobres, es la voluntad humana la que crea a los pobres”.

Nace San Vicente de Paul

Ozanam se vinculó con algunos compañeros de universidad y con un profesor de filosofía y publicista católico, Manuel José Bailly, quienes dan origen en 1832 a las Conferencias de Historia, un apostolado intelectual para contrarrestar el anticlericalismo de La Sorbona. Pero además se propusieron tener conferencias consagradas a la caridad para unir la palabra a la acción y afirmar con obras la calidad de su fe.

Así nace en 1833 la Sociedad de San Vicente de Paul, impulsada por un Federico Ozanam de solo 20 años, seguido por seis amigos. Se contactan con Sor Rosalía Rendu, Hija de la Caridad, quien les condujo hacia los barrios de mayor de pobreza para visitar a las familias más necesitadas en sus casas, animando así a las Conferencias en su crecimiento.

Las Conferencias se pusieron bajo el patrocinio de San Vicente de Paul. La caridad era el eje fundamental de la Sociedad, aunque las Conferencias mantuvieron siempre una especial atención a la formación y el enriquecimiento de la fe. “Queremos que esta Sociedad de caridad no sea ni un partido ni una escuela ni una cofradía, sino que sea profundamente laica sin dejar de ser totalmente católica”.

Federico ya vislumbraba la necesidad de organizar y hacer crecer su labor de servicio. Afirma que “desearía que todos los jóvenes de cabeza y de corazón se unieran para realizar una obra caritativa, y que se formara en todo el país una vasta asociación generosa para aliviar a las clases populares”.

Un laico que nos representa

Federico Ozanam es un modelo para los católicos laicos que desean vivir activamente su fe. Sus palabras y acciones dejaron una profunda huella en la historia de la doctrina social cristiana. Defendió relaciones humanas y laborales más equitativas, condenó la esclavitud y levantó la voz ante las enormes diferencias entre los pobres y ricos. Afirmó con total claridad que “Dios no crea a los pobres, es la voluntad humana la que crea a los pobres”. Su testimonio movilizó a cientos de personas a actuar para “que la caridad complete lo que la justicia por sí sola no puede realizar”.
La larga y dolorosa enfermedad respiratoria que padeció no fue impedimento para que continuara liderando el progresivo nacimiento de Conferencias en Francia e Italia, país donde debió trasladarse junto a su familia en busca de un clima más benéfico para su salud. 

Murió a los 40 años en Marsella, el 8 de septiembre de 1853, en una actitud de total entrega: “he terminado un viaje, ahora tengo que hacer otro…. Dios hará de mí lo que quiere”. El 22 de agosto de 1997 fue beatificado en la catedral Notre-Dame de París por el papa Juan Pablo II.